El propietario de la vieja y abandonada casa ubicada al Este del Parque Industrial de Avellaneda, Pedro Gasparutti, visitó este martes la redacción de ReconquistaHoy para expresar su indignación por los perjuicio que le causaron con "el invento de la casa embrujada", ya que a partir de echar a correr "ese cuento" invadieron la propiedad privada y de paso hay quienes "aprovecharon para hacer desastres. ¡Si vieras los daños que me hicieron!", exclamó el indignado propietario, que no puede creer la categoría del invento que considera fue tomado a partir de tergiversar ciertas situaciones, que detalló.
Dijo que es verdad que una vez entraron a robar y los ladrones dispararon, pero no por fantasmas sino porque los caballos se espantaron. Tal es así que por eso pudo atrapar a los pibes y llevarlos a la policía.
Asegura que otro antecedente real que utilizaron "para armar la historia falsa" es que efectivamente en las inmediaciones había un cementerio de los aborígenes, "pero de ahí a creer en una historia de fantasmas me parece algo muy tonto".
Muy enojado sostiene que para lo único que sirvió "el invento" es para que los curiosos invadan la propiedad privada y para que algunos aprovechen a provocar daños. Añadió que fue a consultar con un abogados por las posibles acciones a seguir.
También por el tema se comunicó una joven que se identificó como miembro de la familia Gasparutti, que aunque aclaró que la sucesión ya se hizo y que ella no tiene nada que ver con la propiedad, le parece "muy estúpido haber inventado esta historia. Allí ha vivido gente con total normalidad", aseguró.
FUIMOS A LA CASA
A pedido del propietario que nos fue a invitar, ReconquistaHoy acompañó a Gasparutti hasta la casa y la recorrimos. Quería que observemos los daños que le hicieron los que violaron esa propiedad privada. Y preguntó: ¿mi familia merece, desde el nono Alejandro, hasta mi hija, y algún día mis nietos, un mancillamiento de estos?.
En este campo, hasta que yo lo tomé hace cuatro años, siempre se hizo agricultura convencional. Yo comencé con la siembra directa, y no se corta un solo pasto, ni adentro ni afuera. Los pastos de adentro lo comen dos yeguas que son chúcaras, intentensionalmente para que no me las roben. Si pongo una oveja, me la chorean. Si tengo una vaca, dura dos días. Entonces puse dos yeguarizas, siempre que no haya trueque, porque sino me las hacen desaparecer. Yo vengo todos los días acá. En estos momentos estoy trabajando en un campo en Golondrina, y estamos en el medio de las vacunaciones. Hay tres mil animales. Entonces, yo termino allá, y vengo acá a la noche y no pasa nada.
Hasta el 2008, estuvo la familia de Sixto Valiente, y vivió por tres años. Yo nací acá. Julio Stechina nació acá. Mi viejo nació acá. Cuál es la finalidad de éste mancillamiento"?, preguntó Gasparutti entre lágrimas y muy ofuscado.
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